Cada día son más las personas que deciden dejar de buscar un trabajo y lanzarse a la aventura del emprendimiento. Para iniciarse en este ámbito, hacen falta por supuesto una idea, ilusión y muchas ganas. Evidentemente, también hace falta contar con un presupuesto.
Precisamente este es el tema más delicado a la hora de emprender. Si bien es cierto que poner un negocio online es más fácil que hacerlo en un local físico, siempre se necesita una inversión, que variará en función del tipo de negocio que se pretenda fundar.
Aunque tengas una fortuna, no tienes por qué invertir mucho
Por suerte, a día de hoy hay maneras de empezar en el mundo del emprendimiento sin tener que hacer una gran inversión. Tal es el caso del drophipping o el jumpshipping, modelos de venta que te permiten vender online sin contar con un almacén y stock propio, valiéndose de lo negociado con las empresas mayoristas.
Aunque el tema tiene sus dificultades, hay una serie de pautas para iniciarse con éxito en el ámbito del emprendimiento. Siguiendo estos consejos, es más fácil entrar con buen pie en este sector.
¿Quieres ser un gran emprendedor? Entra en un ámbito que ya conozcas
Emprender presenta ya de por sí su complicación. Así que lo ideal es no añadir dificultades a la tarea, e iniciarse en un sector de mercado en el que ya se tenga conocimiento.
Por ejemplo, un fotógrafo convencional debe renovarse y aprovecharse de Internet así como las nuevas tecnologías para ampliar su abanico de clientes. Así éste haría bien en crear un programa para editar fotos, un tipo de aplicación que arrasa actualmente.
Sé parte del equipo, y ponte manos a la obra
Aunque ser jefe se relaciona sobre todo con la gestión del negocio, y por supuesto esta es una de las principales tareas de un buen emprendedor, merece la pena implicarse y trabajar mano a mano con el resto del equipo.
Siguiendo el ejemplo anterior, una persona que se ha dedicado anteriormente al ámbito de la fotografía, puede que tenga más experiencia a la hora de crear una paleta de colores que el resto del personal, que quizás tenga más conocimientos informáticos o de otro estilo, que de contenido.
No hay que frustrarse si el resto del equipo no pone el mismo empeño que uno mismo. Nunca debe olvidarse que el negocio es cosa propia, pero sí debe hacerse el proceso de selección de las personas involucradas con el máximo cuidado posible.
Al principio, los gastos son los mínimos
Especial cuidado hay que tener también con lo que hay que invertir. Aun suponiendo que al principio se cuente con un presupuesto muy grande, lo cierto es que se debe arriesgar el mínimo. Una persona que está empezando puede tener el mismo dinero en su cuenta bancaria que una que lleva años, pero jamás puede pretender que su negocio tenga asegurada la estabilidad que tiene el de esta otra persona.
Es por eso que al principio los riesgos a asumir en el ámbito del emprendimiento deben ser los mínimos. Tanto el personal como los medios deben ser los imprescindibles para comenzar el negocio, y no hay que ser pretencioso en este sentido.